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OPINA RADIO CLARÍN                     14.12.23

Anteayer en un campo del Departamento de Soriano, una avioneta proveniente de Bolivia arrojó 443 kilos de cocaína.

Mientras la avioneta seguía su viaje, la droga fue velozmente recogida por la banda delictiva que  la esperaba La subieron a una camioneta. Detectada por la policía, fue perseguida hasta que se  logró detenerla en el Departamento de San José, en las inmediaciones del pueblo Juan Soler, kilómetro 39 de la ruta 11.

Cuatro personas fueron detenidas: dos, mayores de edad; y dos, menores de edad.

Ayer los dos menores fueron a la Justicia. Con sólo 16 años, serán recluidos en el INISA, condenados en un proceso abreviado por  asociación para delinquir, tráfico interno de armas y asistencia al narcotráfico.

Los dos mayores de edad están detenidos, a disposición de la Fiscalía de Estupefacientes, a cargo de la fiscal Mónica Ferrero, previéndose que en las próximas horas se les iniciará el proceso indagatorio penal. Uno de ellos, de 52 años, aparece como el líder de la banda familiar dedicada al tráfico de droga, contando ya con  “nueve antecedentes, dos de ellos por delitos vinculados por drogas”.

La dimensión del hecho es escalofriante: la cantidad de cocaína arrojada desde el cielo fue de casi media tonelada; la esperaba una banda familiar que incluía adolescentes; el valor de la repudiable mercadería en nuestro país se  estima en 3 millones y medio de dólares, pero en el mercado de psico-tóxicos de Europa… se pagaría por ella hasta 15 millones de dólares.

Dolorosamente, este hecho, que –insistimos- es intrínsecamente estremecedor, nos llega como un episodio más de una ristra de delitos y crímenes que aparecen como parte de las costumbres de la época.

A pesar de que Uruguay ha mantenido una sólida reputación histórica por su estabilidad y seguridad ciudadana, la creciente presencia del crimen organizado en distintas áreas del territorio nacional nos plantea desafíos en términos de seguridad  y de educación.

Para enfrentarlos, no basta castigar duro a los que se logra atrapar, ni basta tampoco con publicar encuestas sobre cómo perciben los interrogados la inseguridad o la ineducación. Mucho más que encuestas, hace falta recuperar y levantar las banderas morales, cultivando y engrandeciendo el espíritu público a partir de las mejores tradiciones nacionales.

No es cuestión de consolarnos repitiéndonos que la droga es problemática en todo el mundo. Es cuestión de erguirnos como conciencia de una nación inspirada en una fraternidad libre y sana, que no quiere transar con el delito ni convivir con las células malignas del crimen organizado.

Así lo siente y así  lo afirma Radio Clarín.

 

 

 

OPINA RADIO CLARÍN                       13.12.23

El año 2023 se nos está yendo, con luces y fuegos que ya han encendido militancias y posicionamientos, cuando faltan seis meses para las elecciones internas –constitucionalmente fijadas para el último domingo de junio- y faltan diez meses para la gran elección nacional, que se cumplirá el último domingo de octubre del entrante 2024.

El Presidente de la Confederación de Cámaras Empresarales, Ingeniero Diego O’Neill* ha observado que el gobierno tiene por delante más de 14 meses y que por tanto no es bueno que la atención se concentre en las elecciones que vendrán, ya que falta camino efectivo por recorrer.

Tiene razón el Ing. O’Neill*, puesto que 14 meses es casi la cuarta parte de los cinco años que dura cada gobierno.

Y tiene razón, sobre todo, porque no es bueno que, cada vez que asoma una elección nacional en el horizonte, el escenario público se llene de pulseadas por la imagen y por el poder y, paralelamente, se apague en los protagonistas el interés por discutir en profundidad y  concentren la energía en pronunciamientos con visible signo político-electoral.

El sistema democrático-republicano que organiza nuestra Constitución reclama que los ciudadanos participemos no sólo en el acto solemne de elegir gobernantes, sino también en la acción diaria de resolver lo mejor, apeándonos de cintillos y prejuicios partidarios. Nos reclama un programa de vida donde pensar sea más importante que enrolarse en militancias excluyentes.

En definitiva, el Uruguay es uno solo.

Y puesto que el Censo ha probado que los uruguayos somos pocos,  la obligación de cada uno como persona y el deber de todos juntos como ciudadanía es luchar por no ser poco.

Para eso, la elección entre los candidatos y los partidos es una herramienta irreemplazable, pero ninguna angustia militante y ninguna expectativa electoral debe hacernos olvidar todo lo que tenemos para pensar y lo mucho que tenemos pendiente y en común para antes y después de las elecciones del 2024.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

* Oníl

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OPINA RADIO CLARÍN                               12.12.23

El Presidente Luis Lacalle Pou junto a los Ministros pertinentes inauguraron el Aeropuerto Binacional de Rivera, construido en territorio nacional y administrado conjuntamente por Uruguay y Brasil.

Con ello se cumplió uno de los acuerdos que se anunciaron en  enero, cuando Luiz Inácio Lula da Silva visitó nuestro país.

Corresponde celebrarlo como lo que es: una buena noticia por más de un motivo, ya que es el primer aeropuerto binacional de Sudamérica y se resolvió implementarlo en enero pasado y se hizo realidad en apenas 11 meses, lo cual para nuestro Uruguay es todo un récord.

En el acto de inauguración, el Presidente Lacalle confió con franqueza que a él NO se le ocurrió internacionalizar el Aeropuerto de Rivera-Santa Ana do Livramento y dijo claramente que la iniciativa surgió de planteos que le formuló la gente activa de la zona.

Pues bien: es un mérito para todo gobernante  escuchar a los demás con oído atento, elegir lo que parece bueno y descartar lo que asoma como malo y convertir las iniciativas en acción y obra. El modo democrático de vivir no se agota en votar cada cuatro o cinco años: impone que, además, los gobernantes escuchen a los gobernados, mano a mano y sin intermediaciones burocráticas o informáticas.

La democracia republicana se funda en la persona… y la persona está llamada todos los días a abrirse a lo nuevo y a atender lo que propone el interlocutor –sea correligionario o sea adversario. Los  gobernantes no tienen ningún justificativo para apartarse de esa regla, que hace fructificar la libertad del pensamiento en crítica creadora.

El aeropuerto binacional de Rivera está  llamado a ser pionero para el mundo de los negocios y el turismo. Su relanzamiento internacional se engarza en la decisión de impulsar un “sistema nacional de aeropuertos” que va a contribuir al ensanche interno de nuestra conciencia de país… que lejos de destinarse a ser un ”paisito” tiene  todo el potencial para ser un gran país, a condición de que todos nos propongamos escuchar al otro con espíritu abierto y fraternal.

Es lo que nos propone la Constitución de la República y lo que nos impone el sentido común.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

 

OPINA RADIO CLARÍN                         11.12.23

Ayer se conmemoró el Día Universal de los Derechos Humanos, porque fue el 10 de diciembre de 1948 que se ratificó en París  la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La Segunda Guerra Mundial había terminado en mayo de 1945, tan sólo dos años y medio antes.

En respuesta a las discriminaciones y las matanzas racistas del nazi-fascismo, derrotado en la guerra, la recién fundada Organización de las Naciones Unidas proclamó los derechos de la persona humana y les dio oficialmente carácter universal.

La Declaración es un documento histórico que “consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.

No fue fácil redactarla, porque ya estaba comenzando la Guerra Fría entre Occidente y Oriente y, además, porque los 50 países que componían la ONU en 1948 llegaban a la mesa de trabajo con antecedentes culturales y jurídicos opuestos: la libertad no era lo mismo para un país como nuestro Uruguay abierto y laico que para naciones que se amansaban bajo gobiernos de fanáticos religiosos o bajo sistemas totalitarios como el que regía en  la Unión Soviética.

La Declaración estableció formalmente la convicción de que los derechos humanos deben protegerse en el mundo entero y fue el punto de partida para más de setenta Tratados de derechos humanos regionales y mundiales. Esa convicción la había sembrado dos siglos antes la Revolución Francesa, cuya Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano fue una de las fuentes principales del pensamiento hispano-luso-americano.

Ayer se cumplieron 75 años del nacimiento de la Carta. Su  preámbulo, proclamó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos estableció un “ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, para que los individuos y las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan -mediante la enseñanza y la educación- el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos”.

En el Uruguay, en la región y en el mundo, el ideal de los derechos humanos dista muchísimo de cumplirse.  A la criatura humana la asedian miserias materiales, intelectuales y espirituales. La paz general convive con guerras que a todos nos duelen, ya fuere en Armenia o entre Israel y Gaza y entre Ucrania y Rusia. .

Pero a pesar de todo eso, la Declaración Universal de los Derechos Humanos vale e inspira como un ideal que debemos concretar lo mejor que sea posible en la esquina de lugar y tiempo que nos toque  vivir.

Para eso, estamos convocados todos, empezando por tratar bien al prójimo.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

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OPINA RADIO CLARÍN                  08.12.23

Pasado mañana, 10 de diciembre, terminará el mandato de Alberto Fernández y asumirá la Presidencia de la República Argentina el economista Javier Milei.

Para nosotros los uruguayos es un hecho de otro país, pero no de cualquier país, porque con la Argentina compartimos altos momentos  de nuestra historia, al punto que el proyecto artiguista --que desde 1813 selló la personalidad de la Banda Oriental- proponía que desde la Cuenca del Plata a la Cordillera de los Andes… los pueblos se unieran en una federación.

Por eso, y por tener sangre cultural en común, nunca podrá sernos indiferente lo bueno y lo malo que ocurra en la Argentina.

La  transmisión de mando se cumplirá con puntualidad institucional. En 1983, al salir de la dictadura- se acordó que  el Dr. Raúl Alfonsín  tomase posesión el 10 de diciembre porque esa es la fecha consagrada por las Naciones Unidas como Día Universal de los Derechos Humanos. Merece subrayarse que en los 40 años corridos desde que asumió Alfonsín, la Argentina ha llamado a elecciones cada cuatro años y ha respetado el resultado de las urnas. Es un mérito institucional que debe celebrarse, dados los antecedentes.

Más allá de ese mérito, lo que el domingo va a recibir el señor Javier Milei  es un país angustiado, empobrecido y cundido de apremios, que tiene causas penales abiertas contra la Vicepresidente saliente y contra varios de los que con ella colaboraron cuando fue Presidenta.

Lo que el señor Milei anunció antes y después de su elección es un camino duro  hacia la economía de mercado, sin las regulaciones e intervenciones que fueron clásicas en el peronismo original y se retomaron en la etapa kirchnerista que ahora termina. Nada indica que vaya a ser fácil, ni con la oposición política, ni con el poder de los sindicatos, ni con la inexperiencia propia de quien pasado mañana será investido como Presidente entre anuncios de devaluación, recortes y sacrificios.

Con la imagen viva de las oleadas de exiliados políticos y empresarios  emigrados que antes y ahora recibimos en las costas uruguayas,  hacemos votos por que la nación argentina viva una etapa de reencuentro consigo misma, apretando la esperanza en el deseo noble que acuñó Wimpi:: “Que todo sea para bien”.

Porque el bien de la Argentina siempre ha reflejado bien para nuestro Uruguay.

        Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

      

           

Opina RADIO CLARÍN                                07.12.23

Por saberlo y sentirlo importante, reiteramos lo que sostuvimos en nuestro editorial de ayer: más allá de celebrar el segundo puesto en las pruebas PISA sobre educación adolescente –un segundo puesto que se logró mejorando en ciencia y manteniendo el nivel en lectura- tenemos que preocuparnos porque volvimos a caer en matemáticas.

Y las matemáticas –desde la aritmética al álgebra- son imprescindibles no sólo para sacar cuentas, sino para tener noción de las proporciones, para desarrollar pensamiento abstracto y para comprender gran parte del conocimiento necesario para andar por la vida.

Por lo demás, nuestros problemas educacionales no se miden sólo en los números y los rankings de las pruebas internacionales. Antes y más allá de ellos, todos comprobamos las deficiencias de formación, cada vez que chocamos con bolsones  de incomprensión, de indiferencia y de pereza mental.

Los países más avanzados  ya ensayaron una enseñanza secundaria con poca historia, poca filosofía, poca poesía y poca música. Todos esos  saberes fueron considerados innecesarios para formar los técnicos que demandaba el mercado de trabajo.

Pero al cabo de  tres décadas de recortar las materias que supuestamente eran prescindibles, quedaron a la vista los déficits de las personalidades unilaterales que se forman cuando se estudia sólo para competir en una especialidad, en vez de asomarse a lo universal por las avenidas anchas de la cultura y el espíritu.

Hoy en Europa se está  revalorizando la cultura general, y muy especialmente la filosofía, para sembrar inquietudes y generar pensamiento vivo, capaz de erguirse por encima de las computadoras y los protocolos.

Es así como hay autores franceses, ingleses, italianos, españoles y alemanes que, con distintos enfoques, coinciden en defender la utilidad  -y más aun, la necesidad- de cultivar sentimientos musicales para entender mejor matemáticas y de conmoverse con un drama o con un poema para sentirse empujado a buscar soluciones para el Derecho y para la salud.

La cultura no es un dato de las pruebas PISA ni un fenómeno para estudiarlo científicamente. Bien entendida, la cultura es un propósito de comprender más para actuar mejor. Y ese propósito debe animar a cada uno de nosotros en cada instante.

Por lo cual, la lucha por la cultura no es un asunto sólo de la escuela y del liceo, ni pertenece sólo a los especialistas.

La lucha por la cultura es de todos, porque todos tenemos la necesidad y el deber de ampliar nuestra conciencia tanto como podamos, en los minutos implacables que nos presta la vida.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

 

OPINA RADIO CLARÍN             06.12.23

      Los diarios y los informativos recogen hoy el resultado de las pruebas PISA, que, como se sabe, miden cada tres años el estado de educación de nivel secundario, siguiendo las reglas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos.

PISA es la sigla que corresponde en inglés y el Programa busca valorar en qué medida los estudiantes pueden aplicar sus conocimientos, comprendiendo y resolviendo problemas de la vida práctica.

Para eso el sistema mide la capacidad en lectura, matemáticas y ciencias, y también en áreas transversales como aptitud para resolver problemas, para dialogar o para crear respuestas propias.

Además, PISA recopila información sobre la población que asiste a los centros educativos, el plantel docente, el tamaño de los grupos y los recursos disponibles, preocupándose por la formación de  base que reciben los estudiantes en su casa y en su contexto de vida.

En conjunto, debemos celebrar que el Uruguay vuelve a estar en la delantera, al ocupar el segundo lugar en Sudamérica, con puntaje muy cercano al primero en las pruebas PISA, que es Chile.

Pero más allá de celebrar el segundo puesto -conseguido con mejora en ciencia y mantenimiento en lectura- debemos preocuparnos porque volvimos a caer en matemáticas, lo cual daña no sólo la capacidad para defenderse en las cuentas: daña la aptitud para manejar pensamiento abstracto y cierra las puertas para la comprensión de gran parte del conocimiento necesario para andar por la vida.

Por tanto, el tema importa y reclama atención mucho más allá de la buena clasificación con que figuremos en el ranking de las pruebas PISA.

Lo que nos entra en juego es el nivel cultural de lo que vivimos y, sobre todo, de lo que vendrá.

Por tanto, no hay que echarse a descansar sobre los pálidos laureles de un segundo puesto en un continente amenazado por la pobreza y la ignorancia.

Hay que tomar el toro por las astas y multiplicar el esfuerzo de los grandes profesores que claman por enseñar matemáticas enriqueciéndolas con lógica y filosofía, porque esas materias son el pulmón natural para el aliento y la ambición de la cultura.

Los uruguayos debemos construir un país con una sola clase social: la de los orientales bien educados.

De lo contrario, seguiremos a los tumbos, aun cuando saquemos buena nota en las pruebas PISA.

         Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

 

   

 

 

Opina RADIO CLARÍN                            05.12.23

El Poder Judicial volvió a vivir ayer lunes 4 de diciembre una jornada de crisis que deberá anotarse en los recordatorios que vendrán.

En la semana pasada se conoció que los funcionarios y los actuarios se movilizaban contra el Director Administrativo de los servicios de Justicia, Ingeniero Informático Marcelo Pesce, y contra sus dos colaboradores inmediatos, pidiendo que se los separase inmediatamente de sus cargos.

El desencadenante fue el suicidio de un funcionario que se sintió destratado y perseguido, y que por ese motivo terminó quitándose la vida.

En respuesta, la Asociación de Funcionarios Judiciales y la Asociación de Actuarios formularon una fuerte protesta -que apoyamos en nuestro editorial del pasado lunes 28 de noviembre.

El viernes  hubo un paro de  tal magnitud que la Suprema Corte resolvió declarar que esa jornada era un día hábil.çç

Ayer en  la mañana, la Asociación de Magistrados del Uruguay adhirió a la protesta  con un fuerte comunicado. Y en la tarde se supo que el Ingeniero Pesce había renunciado al cargo.

Seguramente esa renuncia  va a  descomprimir la tensión, pero, según las reglas del Estado de Derecho no va a detener la indagación decretada ni va a impedir que ella siga hasta sus últimas consecuencias.

El  tema importa porque el Poder Judicial es un pilar fundamental del  sistema  democrático-republicano asentado en la Constitución; y porque el triste conflicto vivido en estos días tuvo sobrada razón de ser.

Pero además importa porque esto que  ocurrió en nuestra Justicia es una muestra de la clase de consecuencias que genera el distanciamiento que surge cuando se impersonalizan los servicios y se coloca  a los protocolos informáticos por encima de las reglas connaturales a las relaciones humanas, que deben ser muy  exigentes pero también muy cálidas.

Ojalá el episodio no se disuelva en el olvido y, en cambio, provoque una profunda reflexión ciudadana sobre todo lo que hemos perdido en valores humanos y todo lo que nos falta para ser el pueblo respetuoso y culto que debemos ser.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

 

Opina RADIO CLARÍN                             04.11.23

El sábado, en París, junto a la torre Eiffel*, fue salvajemente asesinado a puñaladas un turista de nacionalidad alemana. Tenía sólo 23 años de edad. El autor del crimen fue un fanático diyadista que lo atacó al grito de ¡Alá es grande!, prometiendo fidelidad al Estado Islámico.

En su huída, el asesino lesionó a martillazos a otros dos paseantes, uno británico y otro francés.

Una vez detenido, se supo que tenía antecedentes que datan del año 2016, cuando realizó ataques con varios lesionados con arma blanca y recibió condena penal y tratamiento psiquiátrico. Su madre había pedido en octubre que se reforzara el tratamiento porque el hijo cada vez más se replegaba sobre sí mismo.

Todo fue penosamente inútil. Este crimen –igual que todas las muertes provocadas por fanatismo- es el fruto de ideas obsesivas que trastornan y transforman la personalidad, hasta el punto de convertirla en autómata al servicio de los que le inyectaron la ponzoña de odiar al prójimo y sentir que se rinde un servicio a una religión saliendo a la calle a asesinar al primero que le toque.

Este género de atentados no es individual. Tampoco es casual ni puede considerarse un caso aislado. Hace décadas que el mundo civilizado asiste al desarrollo de la criminalidad metódicamente organizada secuestrando mentes débiles y promoviendo delirios insanos. Por tanto, para el mundo occidental constituye una responsabilidad de primera magnitud recuperar la fe y la prédica de los sentimientos de respeto y libertad, en vez de entregarse a la indiferencia, la pereza moral y la resignación.

Y nadie sienta que estas cosas ocurren lejos. París está a sólo 12 horas de viaje. Y no hace falta salir de la Cuenca del Plata para recordar casos atroces. Por fanatismo, en Buenos Aires se asesinó atentando contra la AMIA y contra la Embajada de Israel. Y en nuestro Uruguay, en 1987 un inimputable -que tenía la cruz nazi en el balcón de su casa, en la esquina de Gonzalo Ramírez y Barrios Amorín- pasó de la idea delirada al crimen, asesinando a quemarropa al ciudadano judío Simón Lazovsky y a dos no judíos a los que les atribuía ser amigo del judaísmo. Y más cerca en el tiempo, en 2016 en Paysandú, un uruguayo convertido al Islam se hacía llamar Abdúlah Omar y abordó en la calle al querido comerciante David Fremd y lo asesinó con un cuchillo, al grito de ¡Alá es Grande!

Estas atrocidades no pueden pasar inadvertidas ni aceptarse como signo de los tiempos. Son brutalidades que ofenden lo más preciado de la condición humana, por lo cual jamás puede minimizarlas un pueblo que siempre luchará por ser civilizado, como es el nuestro.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

 *Efél.