Francisco Bustillo presentó antenoche la renuncia a su cargo de Canciller de la República.

Lo hizo pocas horas después de haberse conocido públicamente que le pidió a la ex subsecretaria Carolina Ache que escondiera información y que hiciera desaparecer el celular, para sostener que,  cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores le hizo llegar el pasaporte a Marset, nadie en esa Cartera sabía que era un narcotraficante altamente peligroso.

El miércoles, en la audiencia para la que fue citada, Carolina Ache entregó a la Fiscalía múltiples grabaciones de llamadas. En una de ellas el Ministro le solicitó que “perdiera” su teléfono móvil para impedir que el Parlamento y la Justicia conocieran conversaciones vinculadas a la entrega del malhadado pasaporte.

La doctora Ache no atendió la ilícita petición. Y un año después sacó a relucir las grabaciones que inculpan a todos los partícipes, incluida ella misma, ya que saltaron a la luz pública un conjunto de procedimientos en los cuales ningún protagonista queda a salvo.

En definitiva, hubo una confabulación para distorsionar y mentirle al Parlamento y a la Justicia- Y eso es intolerable en un Estado de Derecho.

Caído Bustillo, se espera que el Presidente Lacalle Pou, al regresar mañana de los Estados Unidos, adopte decisión sobre el destino de otros partícipes de su confianza, actuantes en el Ministerio del Interior y en Torre Ejecutiva.

Están reclamando más renuncias no sólo los líderes de la oposición, sino también muchos legisladores representativos de la coalición de gobierno.

Los hechos ahora revelados son bochornosos, pero felizmente se investigan y salen a la luz pública.

Nuestra democracia saldrá fortalecida en la medida en que el Derecho indague y castigue rigurosamente esta clase de escándalos, que impúdicamente violan la legalidad que debemos defender todos, pensemos lo que pensemos y votemos lo que votemos.

Así o siente y así lo afirma RADIO CLARÍN.