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OPINA RADIO CLARÍN                     18.12.23.

El fuerte temporal que azotó a la mayor parte del territorio nacional en la madrugada de ayer domingo provocó, en el Departamento de Colonia, la muerte  de  un joven de 20 años y de un niño que contaba apenas 8 años.

El mayor perdió  la vida mientras manejaba una moto y se le vino encima un árbol, que el viento huracanado arrancó de cuajo.

El menor falleció porque otro árbol se desplomó sobre una cabaña en la que se encontraba en excursión de fin de año organizada por la Asociación Cristiana de Jóvenes. A pesar de los esfuerzos de rescate de los profesores presentes, el menor no sobrevivió.

No podemos ser insensibles frente a esta manera de morir y por eso, acompañamos el dolor de las familias de las víctimas con profundo sentimiento y con un llamado a la reflexión.

Es tiempo de convencernos -como personas y como pueblo- de que ya no somos el país de clima apacible que describía la geografía de Giuffra y Di Leoni. Por más de un siglo nos miramos a nosotros mismos como una nación privilegiada, donde las cuatro estaciones del año se marcaban con nitidez y donde no teníamos temperaturas tórridas ni nos amenazaba de muerte y ruina ningún  fenómeno meteorológico.

El Uruguay no es hoy ese país de regularidades climáticas. En su lugar, soportamos un clima subtropical, abierto a influencias ecuatoriales y polares, que cada pocos meses se nos manifiesta como un incontrolable azote de la Naturaleza con resultado muerte.

Ante ese cuadro, no tuvo sentido que se hayan cruzado mensajes entre la Asociación Cristiana de Jóvenes y la directora de Inumet, discutiendo si hubo o no hubo alerta suficiente para evitar la deplorable muerte del niño. Eso, si hace falta, deberá dirimirlo la Justicia.

Lo que sí nos hace falta a todos, es tomar conciencia de que entre sequías, inundaciones, ciclones, huracanes y voladuras de techo, debemos tomar en serio las precauciones y generar maneras eficaces de comunicar la alarma cada vez que el cielo o la Tierra disparan peligros, anunciados o no.

La Meteorología no puede ser más un tema para el chichoneo. Los pronósticos merecen hacerse en serio y tomarse en serio.

Sólo así podremos evitar tragedias como la que, en Colonia, segó la vida de un joven de 20 años y un niño de sólo ocho.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.