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OPINA RADIO CLARÍN                         20.12.23

El Ministro del Interior, Dr. Nicolás Martinelli Waksman, ofreció establecer un “sistema de seguridad personal” para proteger a cada uno de los postulantes que disputen la candidatura a la Presidencia por su respectivo partido, en las elecciones internas a cumplirse en el último domingo de junio del ya inminente año 2.024*.

Lo que propuso el nuevo Secretario de Estado es que la más alta jerarquía policial coordine el amparo a los postulantes.

Al conocerse públicamente el ofrecimiento, la mayor parte de los precandidatos  declararon que van a estudiarlo, para contestar después.

Pero ya surgieron voces que opusieron reparos a la iniciativa, invocando los episodios de desviación policial que surgieron al investigar a fondo al ex custodio presidencial Alejandro Astesiano y al ex senador Gustavo Penadés, cuyos bochornosos casos siguen produciendo enjuiciamientos y condenas.

Esos reparos pueden sonar ingeniosos y hasta oportunos, pero no deben hacernos perder de vista que el Estado de Derecho es la herramienta que permitió aclarar los delitos perpetrados en esos casos, por lo cual las instituciones deben levantarse cada mañana a cumplir su deber de seguridad y protección con la limpidez de las normas, sin resaca por lo que hayan hecho los que hoy están en la cárcel.

Por eso, nada del pasado anterior o reciente debe ocultarnos el alto mérito de que, en el Uruguay, el Ministro del Interior de un gobierno democrático le ofrezca garantías personales a todos los precandidatos, sin distinguir entre afines y adversarios.

No debe pasar inadvertida la actitud de quien, desde el poder, ofrece garantías, haciendo carne y verdad el lema artiguista “Con libertad ni ofendo ni temo”.

En definitiva, la propuesta de custodia se podrá aceptar o rechazar, pero como ciudadanos debemos respetarla, porque, en un continente erizado de poderes criminales, ratifica que los gobernantes y los opositores tienen vocación de libertad. Y esa es una marca distintiva de la que no deberemos apearnos jamás.

Así lo siente y así lo afirma Radio Clarín.

* 2024 o 2.024 = dos mil veinticuatro. (NO veinte-veinticuatro)