Escuchar Radio Clarín en vivo:   

 

OPINA RADIO CLARÍN                          10.11.23

En tiempos de educación insuficiente y de retroceso cultural palpable, no basta lamentarnos por las carencias.

Además, hace falta que restablezcamos las bases de educación y cultura que nos dieron épocas de un alto esplendor -que debemos recuperar y superar.

Y  sobre todo, hace falta romper la creencia generalizada de que la caída de la cultura, de la educación y del respeto se produce por  “causas” económicas. Nuestra historia prueba exactamente lo contrario, ya que demuestra que en nuestro país –y en muchos otros- la lucha por elevar la instrucción y la idealidad se inició entre carencias y estrecheces.

El caso de nuestra Banda Oriental es muy claro: el 30 de mayo de 1816 –hace 207 años-, el Gral. José Gervasio Artigas, al frente del Campamento de Purificación, estableció como “santo y seña” de su ejército el mandamiento que la historia posterior consagró: “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”. Como Artigas era a la vez un hombre de ideas y un hombre de acción, en las mismas horas de acuñar esas palabras… mandó fundar la Biblioteca Nacional.

La Banda Oriental no estaba ni pacífica ni próspera. Artigas era un caudillo de pueblos en lucha y era Jefe de un ejército pobre.

Pero no esperó tener fondos sobrantes para aplicarlos a la cultura.  Al revés: cuando había poco y nada en el tesoro público, levantó su esperanza hacia la ilustración y apostó a favor de los libros.

Hoy tenemos en el Uruguay grandes bolsones de incultura. El lenguaje se ha empobrecido y la temática pública se ha estrechado. Hay incultura en carenciados pero también hay incultura en adinerados.

En una etapa en que el mundo exige cada vez más inteligencia y capacidades, nosotros tenemos una franja muy bien preparada que se tutea con la alta tecnología del hemisferio norte, pero también tenemos vastos grupos sin inquietudes, que no saben por dónde entrar a la cultura y que tampoco saben que la cultura es la mejor herramienta para elevar el destino de los que tienen menos.

Al fin de cuentas, la educación y la cultura no son tanto un problema de presupuesto como un problema de actitud. Y es en la actitud donde gobernantes y gobernados debemos buscar el cambio que nos permita dar el salto cualitativo que necesitamos para salir de nuestras decadencias.

Así lo siente y así lo afirma RADIO CLARÍN.

Escuchar Editorial: